TESTIMONIO

“Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia”

Mientras me siento a considerar cuál es la verdadera esencia del ser humano, me doy cuenta de que podría pasarme horas disertando sobre lo que antropólogos, teólogos y filósofos consideran que es la composición del hombre.

Sin embargo, no voy a caer en esa trampa, porque la experiencia nos dice que, contrariamente a lo que se promueve en nuestra cultura occidental, totalmente materialista, el hombre es más que el armazón que le sostiene. Su parte espiritual queda claramente demostrada en el hecho de que no hay cultura conocida que no adore a algo. Por alguna razón, allí donde aseguramos que no hay nada más que lo que podemos ver, la gente se vuelve a las religiones orientales, a la meditación, al yoga y otras prácticas, en busca de paz interior, de la paz del alma.

No hay duda de que el hombre necesita cuidar algo más que a su cuerpo. Por ejemplo, se han hecho muchos estudios sobre el beneficio de los cuidados espirituales en enfermos de paliativos. Morir con esperanza hace de la muerte una experiencia de paz y no de desasosiego. Pero, ¿qué pasa si lo que tenemos es una esperanza falsa?

Ahí es donde entra Jesús, este personaje innegablemente histórico que se atrevió a decir: “Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia”. Jesús se preocupó del cuidado espiritual del hombre. Vino para que pudiéramos vivir una vida plena y una esperanza certera. Respaldó sus palabras con su vida, su muerte y su resurrección.

No podemos negar que hay algo más que lo material por mucho que intentemos explicarlo todo de una forma racional. Hay cosas que no tienen explicación. El hombre necesita creer porque Dios “puso eternidad en el corazón de ellos”. Ese ansia de eternidad nos dice que hemos sido creados para un mundo distinto. Necesitamos cuidar y alimentar nuestra parte espiritual de la misma manera que alimentamos nuestro cuerpo. Muchas personas ya lo han descubierto, aunque no lo expliquen con estas mismas palabras. Necesitamos paz interior. Necesitamos limpieza de espíritu, necesitamos ser libres de muchas cosas que nos atan. Necesitamos creer la verdad para encontrar la libertad que anhelamos.

antonio diu