¿Qué te gustaría ser después del Covid-19?
Estamos en el tiempo de la desescalada en el que el encierro se va suavizando pero las repercusiones, especialmente económicas, de esta crisis se van dejando ver cada vez más.
No sabemos cómo va a ser el futuro, esa nueva normalidad. Y cuando menos, nos produce escalofríos.
Los que se han quedado sin trabajo, o han tenido que cerrar sus negocios o han visto su jornada laboral reducida, no saben si el tiempo hará que todo mejore.
Nuestros hijos que han acabado o están acabando sus estudios no tienen una perspectiva clara de qué pasará.
Incluso si todo vuelve a la normalidad anterior, muchos pensamos que todo este sufrimiento habría sido en vano.
Es tiempo de pensar en el futuro, de ver cómo me gustaría a mí que fuera el mundo cuando pase el Covid-19. Hemos visto cosas buenas en este tiempo y nos gustaría que no se esfumaran: planeta más limpio y más sano, relaciones (virtuales) más humanas, más solidaridad, más espiritualidad, más interés por Dios, más unidad entre los cristianos…
Y el futuro empieza por uno mismo: ¿Qué será de mí? ¿Qué podré hacer? ¿Qué quiero ser? Parecen las mismas preguntas sin respuesta que nuestros jóvenes se han hecho la última década. Son las mismas preguntas que nos hacemos los “adultos” cada vez que alguna crisis amenaza con dejarnos en la calle. Y por nuestra cabeza empiezan a correr las ideas sin rumbo claro: pues hago oposiciones, o pongo un negocio, o aprendo lo que sea, o que me toque la lotería, o me prejubilen… lo que sea para tener alguna salida, para que a mi familia no le falte nada.
Ayer alguien me habló de una viñeta de Charlie Mackesy en la que un animalito preguntaba a un niño qué le gustaría ser de mayor, y este respondía: “amable”. ¡Uf!
Es conmovedor, “amable” engloba muchas cosas buenas. “Amable” es una nueva escala de valores. “Amable” me hacía darme cuenta de que estamos obsesionados con los estudios, las carreras, lo que sea para el día de mañana ser “alguien”. Evidentemente, hay que formarse, pero es curioso que si buscas en la Biblia para saber a qué debes dedicarte en el futuro, no se presentan como oficios a seguir los de centurión, pescador, recaudador de impuestos, pastor, rey o carpintero. Y mucho menos vamos a encontrar oficios actuales como: informático, montador de vídeos, diseñador de interfaces, animador sociocultural, programador de videojuegos, fisioterapeuta, entrenador de pilates o coach de mindfulnes.
¿Entonces la Biblia no da ideas para el futuro? Pues sí, una de las cartas del apóstol Pedro dice: “vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. (…) Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta” (2ª Pedro 1:5-8)
Pablo, en su carta a los Gálatas, también habla de lo que yo entiendo que es la “amabilidad” bíblica: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” (Gálatas 5:22-23)
¿Que qué me gustaría ser después del Covid-19?
Amable… como Cristo.
¿Y a ti?